sábado, 5 de noviembre de 2016

Trescares -San Esteban de Cuñaba (por la garganta del río Rubó)

18 de Septiembre 2016.

Después de haber disfrutado de la cena montañera y del descanso en Arenas de Cabrales, nos desplazamos en el autobús hasta Trescares. La distancia a cubrir es poca y llegamos en un momento. No hecho falta madrugar mucho.

Esta ruta es de exigencia media, si es un poco larga, pero es fácil. Cubrimos las distancia entre las poblaciones de Trescares, no hizo falta entrar en el pueblo, por lo que no lo conozco, y San Esteban de Cuñaba por la garganta del Río Rubó. Apenas lleva algo de agua el río, en primavera debe ser espectacular ver sus cascadas, se presta a descensos de cañones.

Unos 200 m. antes de llegar al pueblo de Trescares hay un amplio aparcamiento donde nos deja el autobús. Bajamos a cruzar el Río Cares por el bonito puente romano de La Vidrie y tomamos un sendero tallado en roca que girando ligeramente a la izquierda nos introduce en el Monte La Vertera, un paraje poblado por castaños milenarios. 

En un árbol nos encontramos con un aviso de peligro por montería. La nueva normativa obliga a controlar y acotar la zona de caza. Nos encontraremos a unos metros con un cazador sin arma pero con emisora de radio que avisa de nuestra presencia a los puestos. Y sí, había buenos rifles. Andaban en busca del jabalí.

Al poco de pasar por un árbol caído, tenemos una bifurcación de senderos, hemos de tomar el de la izquierda y seguir caminado paralelos a un prado cercado con un muro. El bosque se abre y podemos ver el pueblo de Trescares y un poco mas adelantes un nuevo cruce de caminos, tomamos también el de la izquierda por el que continuaremos en dirección al río.  Sin necesidad de bajar al cauce continuamos por un sendero bien tallado dejando dicho cauce a la izquierda y mas abajo. Nos adentramos en un bosque de encinas acompañados del run-run de las aguas del río Rubó por camino bien trazado y pendiente suave.

El cañón se va encajando y el camino va pegado a una pared a nuestra derecha en la que en un tramo corto hay instalada una cadena que nos sirve de pasamanos. Unos metros mas adelante tenemos un fuente que procede de una arqueta de la traída de aguas, vamos pisando la tuberías algunas veces descubiertas en el sendero.




Bajamos al cauce del río que atravesamos por un puentecillo para situarnos en la otra orilla del río donde la pendiente aumenta y la senda asciende en sucesivas zetas. Atravesamos un pequeño pedrero donde el sendero se pierde, pero un tramo mas marcado por terreno herboso nos conduce a Cueva Negra, donde se adivina que pasan la noche unas cabras que dan balidos desde las alturas, para seguidamente cruzar de nuevo el cauce del río y continuar paralelos a él por rampas herbosas. Al llegar a un roca y un haya grande subimos hacia los murallones rocosos y es aquí  donde empieza la dificultad mayor por camino muy difícil de ver, mayor verticalidad mucha hierba y helechos que prácticamente te ocultan. Estamos subiendo la canal de Sobrevina a 667 m. de altitud. Hemos andado dos horas.

Aquí por lo lento de la marcha nos entretenemos mirando las cumbres y vemos diferentes aves rapaces y carroñeras. En un alto parece haber un buitre con las alas desplegadas y posado. Nos reímos porque no adivinamos si ciertamente lo será. Ayudados de prismáticos, madre mía si que había en las mochilas, vemos que son unos caballos que pacen tranquilamente. ¡Buitres por caballos!, pues andamos con el tema un buen rato.

El estorbo que nos produce la maleza al andar y lo poco que podemos ver el camino, nos hace pensar que esto se podía arreglar con una desbrozadora que pasara de cuando en cuando. Se están echando a perder estos caminos. Por esta vez las botas han abierto huella.

Llegamos a un alto donde el verde y la caliza hacen un paisaje espectacular. Damos cuenta de algún alimento. Hay unas cabañas y caballos pastando y una fuente con grifo.





Tomamos una pista en dirección Oeste hasta el primer cruce donde estaba previsto que dividirnos entre los que quisieran hacer las ruta mas larga hasta San Esteban y los que se daban vuelta por el bosque hasta Trescares, opción está última que es descartada por la montería, de la que los cazadores van teniendo buen resultado como podemos comprobar por un coche con remolque y perros que lleva en la baca del remolque un gran jabalí.

Pasado ese primer cruce continuamos hasta encontrar otro y tomamos la de la izquierda que en varias vueltas nos lleva hasta las majadas de Carraspón donde termina. Se abre una amplio valle y vemos de frente la Collada Llamea (979 m.) en la que hay una caseta a la que tenemos que llegar. 

Desde esta collada descenderemos unos metros hasta una bifurcación de senderos, tomamos el de la derecha, y tras pasar una pequeña Collada donde nos aparecen los Picos de Europa de frente y lejanos giramos a la izquierda y por la ladera por buen sendero llegamos a otra Collada donde encontramos dos indicadores de rutas.



Bajamos y siguiendo el indicador de la izquierda llegamos al amplio Collado de Galabin (1.039 m). Ya llevamos 5 horas aproximadamente caminando



Collado de Galabin
 En el collado damos cuenta del bocata mirando la impresionante pared rocosa que hay al Sur.

Desde este Collado bajamos por una ladera muy pendiente hacia las majadas de Cocón donde en sus inmediaciones nace el río San Esteban. Desde estas majadas y junto al río tomamos un sendero denominado la "Senda del Pastor" que en dirección Este y dejando el cauce del río a la derecha nos lleva sin perdida posible al pueblo de San Esteban de Cuñaba.









Hemos tenido un paseo largo que a mí no me ha resultado duro. Pero hace calor y debajo de un puente que hay al final de la senda, ya al pie de la carretera nos damos un chapuzón y nos refrescamos los pies. El agua esta buen aunque baja de las montañas.



Nos quedan tres kilómetros de paseo hasta encontrar el autobús en la carretera general, todo bajada.


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